Carmiña Pagan Esmoris

Elaborada por Margarita Martínez (@rallus @ornitica)
Ligia Elena está contenta y su familia está asfixiá” [9], escuché cantar a Rubén Blades y pensé que algo parecido debió vivir la señorita Carmiña Pagan Esmoris, cuando decidió casarse no precisamente “con el trompetista de la vecindad” para convertirse en la esposa de nuestro Curador Ventura Barnés Jr.

Nadie en la familia concebía que una niña de su casa, rodeada de comodidades, se atreviera a embarcarse con su marido a tierras desconocidas para vivir experiencias dignas de un libro titulado “Adventures in the Jungle”. De esta manera, Carmiña comenzó su vida de casada en el trópico venezolano.
Yo realmente la admiro por su valentía al acompañarlo en tan duro e incierto viaje. Espero que no se haya agotado demasiado en el duro trayecto de Barquisimeto a Coro”[1] así se refirió Phelps padre de Carmiña Barnés, quien fuera la primera mujer expedicionaria que tuvo la Colección Ornitológica Phelps (COP).
Sin duda Doña Carmiña se ganó la admiración de todos, como le dijo Billy Phelps a Barnés “… – qué buen “spart” es ella!”[7]. Esta “general assistant” como la llamó Billy, ejerció un rol muy importante al encargarse de las tareas administrativas, cuando participó en las expediciones. No capturó ni preparó pieles de aves, rigurosamente hablando, como me manifestó su hija menor Inés Barnés. Ella soportó estoicamente todas las dificultades mientras viajó junto a su esposo. En una carta de Ventura Barnés enviada desde Sacupana en el Bajo Orinoco se lee: “Carmiña ya está acostumbrada a este tipo de vida”[4].

Carmiña y Ventura en la Vela de Coro, expedición a la Península de Paraguaná, 1938

Carmiña quedaba sola en el hotel de la urbanización El Paraíso por meses, cada vez que Barnés viajaba al interior del país. La solicitud de un radio por parte de Ventura Barnés desde las Barrancas del Orinoco, no se hizo esperar. Además, Barnés dejó al cuidado de la familia Phelps a su amada Carmiña, principalmente a Mona y Phelps padre, quienes afectuosamente la protegieron pero sin llegar a ser blandengues, como demostró Phelps al sugerirle que recibiera el aparato prestado que le enviaba, porque Carmiña titubeó al escoger el modelo de radio a comprar. Como buen comerciante Phelps le explicó que si recibía uno nuevo y después no lo quería, se vendería como usado, causando una perdida mayor al Almacén Americano. “Usted puede llamar al 6181 y dar instrucciones sobre cuál alternativa opta Ud.”[3].

Carmiña sentada en el guardabarro del camión esperando el cambio de la llanta en la travesía de Coro a Paraguaná, 1938

Hoy me pregunto: ¿Que habría sido de esta pareja sin la radio? Una vez que Carmiña tuvo el aparato, Barnés propuso que las comunicaciones se ajustaran a un horario, a las 7:30 am y desde las 6:30 hasta las 8:00 pm, de manera que pudieran conversar con él tanto Carmiña como Phelps al sintonizar sus transmisiones diarias cuando estuviera de campo [2].
La familia y amigos cercanos la acosaron a preguntas, cuando se reunieron durante unas vacaciones en Puerto Rico y ella les contó detalladamente sobre las expediciones. Todos la creían la mujer más valiente y la colmaron de elogios[5].
Barnés viajó a Mayagüez en 1940 para estar con su hijo recién nacido y planeó el regreso con toda la familia, Carmiña dudó en volver tan pronto a Venezuela con el bebé así de pequeño[6]. Ambos esperaron prudencialmente a que el niño se fortaleciera y se reencontraron en las Navidades de ese año en Venezuela. El primogénito se casó con una venezolana y se quedó a vivir en nuestra tierra, “Turincito” como lo llamaba Billy tiene dos hermanas en Puerto Rico.

Billy Phelps preparando pieles de estudio y al fondo Carmiña, Campamento Cerro Santa Ana, expedición a la Península de Paraguaná, 1938

Barnés en un intento de describir lo que consideró sería una subespecie del Saltarín Gargantiblanco, honró a su esposa Carmiña con el nuevo nombre Corapipo gutturalis carminae. Phelps y Phelps Jr. invalidaron la subspecie nova[8] al comparar el plumaje de una mayor cantidad de ejemplares y encontraron que los caracteres utilizados para la descripción no eran únicos para la subespecie descrita, por lo que se le debe a Carmiña este reconocimiento.
En la COP estamos inmensamente agradecidos por haber formado parte de nuestros orígenes, por eso la incluimos en nuestra historia, aunque no haya sido una colectora de aves propiamente dicho.
En 1978, los médicos boricuas trataron infructuosamente de salvar a Carmiña del dengue hemorrágico que azotó a Puerto Rico. Lo que lamentamos profundamente porque una virosis cegó la vida de esta intrépida mujer que salió ilesa de contagiarse con malaria en Venezuela por los años cuarenta. Ventura Barnés no volvió a viajar después que enviudó. Descansa junto a Carmiña en Bayamón.
Referencias
1. Archivo COP. Correspondencia Investigadores. Carpeta Ventura Barnés. Carta a Ventura Barnés fechada el 11 de octubre de 1938.
2. Archivo COP. Correspondencia Investigadores. Carpeta Ventura Barnés. Carta a William Phelps Sr. fechada 22 de enero de 1939
3. Archivo COP. Correspondencia Investigadores. Carpeta Ventura Barnés. Carta a Carmiña Barnés fechada el 2 de febrero de 1939
4. Archivo COP. Correspondencia Investigadores. Carpeta Ventura Barnés. Carta a William Phelps Sr. fechada el 3 de febrero de 1939
5. Archivo COP. Correspondencia Investigadores. Carpeta Ventura Barnés. Carta a William Phelps Jr. fechada el 13 de agosto de 1939
6. Archivo COP. Correspondencia Investigadores. Carpeta Ventura Barnés. Carta a William Phelps Jr. fechada el 4 de junio de 1940
7. Barnés, V. 1938. Cuaderno de Campo Península Paraguaná. Manuscrito. Carta anexada a Ventura Barnés fechada el 4 de noviembre de 1938
8. Phelps, W. H. y Phelps Jr., W. 1959. Two new subspecies of birds from the San Luis Mountains of Venezuela and distributional notes. Proc. Biol. Soc. Washington 72: 121-126
9. https://es.wikipedia.org/wiki/Canciones_del_Solar_de_los_Aburridos. 1981. Autor Rubén Blades. Canción “Ligia Elena”. Consultado: 23 de febrero de 2017